EMS significa Estimulación Muscular Eléctrica, o estimulación muscular mediante impulsos eléctricos.
En fisioterapia, la EMS se utiliza desde hace décadas para reconstruir los músculos o grupos de músculos debilitados de los pacientes, por ejemplo después de un accidente o una cirugía. El EMS también se utiliza cada vez más fuera de la terapia de rehabilitación para desarrollar tejido muscular: muchos atletas lo utilizan para ejercitar extra a grupos de músculos específicos o músculos más profundos.
Hoy en día, la EMS es una aplicación muy utilizada y muy accesible para muchos tratamientos diversos: desde la incontinencia y el dolor crónico hasta los síntomas del envejecimiento. En el tratamiento del dolor crónico, la EMS se utiliza a menudo en combinación con la TENS: al ejercitar adicionalmente los tejidos musculares más profundos, el cuerpo se fortalece y ayuda a afrontar mejor la causa del dolor.
¿Cómo funciona el SME?
Cada día en nuestro cuerpo, millones de señales eléctricas se envían de un lado a otro entre nuestros músculos y nuestro cerebro. Estas señales determinan el estado de nuestros músculos y los dirigen a realizar un determinado movimiento. EMS es una técnica innovadora y basada en la ciencia que hace uso de esta red: a través de impulsos eléctricos de un dispositivo EMS externo, se estimulan los músculos, lo que hace que entren en acción y se estimulen.
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El efecto relajante del EMS
¿Sabías que la EMS es un tratamiento con muchos beneficios y que puedes utilizarlo no sólo para ejercitar tus músculos? Después de todo, también te ayuda a relajar los músculos rígidos. La débil señal de corriente del dispositivo EMS estimula la circulación sanguínea en los músculos y hace que se aflojen. De esta forma, podrás dar un merecido masaje a los músculos de brazos, piernas, espalda, cuello u hombros después de un ejercicio intenso y deshacerte de cualquier dolor muscular.